Actualizado el viernes, 22 septiembre, 2023
21 gramos no es solo una agencia de comunicación más. Es una Marca con Valores dónde la ética, el compromiso y la sostenibilidad son pilares fundamentales. Conocemos su caso de éxito.
¿21 gramos? ¿De dónde viene vuestro nombre?
21 gramos es el peso del alma. Ese alma representa nuestro compromiso con las personas y con el planeta, el propósito con el que nacimos hace ya 13 años y que nos motiva cada día para seguir mejorando. Desde 2019, podemos decir con orgullo que 21gramos es una B Corp porque ha sido certificada por su cumplimiento con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial. Las Empresas B estamos demostrando, con hechos, el poder transformador de las organizaciones para rediseñar los indicadores de progreso. No queremos ser las mejores empresas DEL mundo, sino las mejores empresas PARA el mundo.
Contadnos, ¿quiénes estáis detrás de 21 gramos? ¿Qué os hace diferentes?
Somos un equipo muy diverso, transversal y multidisciplinar, formado por expertos en marca, comunicación, consultoría y sostenibilidad. Pero, sobre todo, somos 16 personas apasionadas, colaborativas y activistas. Esto es posiblemente lo que nos diferencia: el talento comprometido.
¿A qué clientes os dirigís? ¿Todas las marcas son susceptibles de activar su gestión ética?
A todas aquellas organizaciones con espíritu de mejora que busquen redefinir, activar o impulsar su propósito en pro de una sociedad más justa, humana y sostenible. Absolutamente todas las marcas pueden y deben activar su gestión ética.
En 21 gramos y Marcas con Valores vamos incluso más allá: las marcas tienen la oportunidad y el deber de ejercer su «rol político», entendiendo la Política, con mayúsculas, como ese arte virtuoso de organizar el entorno en el que nos ha tocado vivir. Aquella que no se encasilla en ideologías, sino que se centra en el bienestar de las personas. Aquella que en ningún caso es territorio exclusivo de los políticos, sino que se ejerce desde todas las esferas públicas o privadas. Estamos convencidos de que, cada vez más, las marcas están asumiendo el papel que la sociedad espera de ellas: que tomen partido y formen parte activa de la solución, incluso en momentos difíciles como el que nos toca vivir.
¿Por qué es tan importante trabajar la marca interna?
Construir la marca hacia el interior no solo es una cuestión ética y de sentido común, sino que representa una gran ventaja competitiva. Según se desprende del estudio Edelman Trust Barometer, los empleados consiguen generar mayor confianza hacia la marca que el mismo CEO.
Parece que las marcas empiezan a entender que lo primero no son los clientes, sino la comunidad que integra la organización, una comunidad que a la vez forma parte de un contexto social en el que confluyen desafíos comunes y transversales.
Por eso, la legitimidad social que el empleado busca en su empresa viene determinada por cómo esta responde a sus necesidades y expectativas. Pero también por cómo se relaciona con la sociedad en la que opera: su compromiso real y su capacidad para resolver problemas y generar un impacto positivo. Es decir, la legitimidad social se construye sobre la base de la cultura corporativa, que debe ser auténtica y estar lo suficientemente conectada con el mundo para poder adaptarse a él y contribuir a transformarlo.
La sostenibilidad, los valores, la inteligencia social… ¿cómo podemos potenciarlos en el mundo online?
Vamos a un mundo cada vez más digital en el que el humanismo y la empatía adquieren más valor que nunca. Los entornos digitales pueden convertirse –lo estamos viendo– en campos de batalla ideológicos y en verdaderas «autopistas» de fake news, pero a su vez ofrecen posibilidades inmensas para conectar y conversar desde los valores.
En el caso de las organizaciones, la transformación digital basada en principios éticos, no solo les permitirá sobrevivir a este siglo, sino que les abrirá una puerta infinita hacia la mejora permanente, a convertirse en un verdadero ente vivo que contribuya al progreso de nuestras sociedades. Siempre desde la autenticidad: el «ser y hacer antes que parecer» que defendemos e impulsamos desde 21gramos es el tractor de la transformación cultural y social y un imperativo en el mundo digital.
¿Qué herramientas online recomendáis?
Para la organización interna y la gestión de proyectos, trabajamos mucho con Asana, por su usabilidad y comodidad; su flexibilidad, que permite crear proyectos transversales, coparticipados y con priorización de tareas; y por su nivel de detalle: estado de las tareas, grado de urgencia, tiempo dedicado, colaboradores, subtareas, tareas recurrentes…
¿Qué consejo le daríais a las startups que están comenzado para resaltar su marca?
Que sean auténticas, humildes, valientes, y se esfuercen en escuchar y comprender su entorno y la realidad social para encontrar y ofrecer las mejores soluciones a los inmensos retos que tenemos como ciudadanía. Que no solo sean «nativas digitales» sino «nativas responsables».
¿Qué servicios de dinahosting usáis? ¿Qué ventajas tienen con respecto a otros?
Con Dinahosting gestionamos la compra de dominios y alojamos todas nuevas webs propias y de clientes.
Respecto a las ventajas, destacamos sin duda la atención al cliente, que siempre es rápida y práctica y, sobre todo, muy humana. Cuando tienes una duda o un problema es un gusto que te atienda una persona al otro lado del teléfono con ganas de ayudar y de darte soluciones.
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